En la marcha participaron familias enteras con niños pequeños, así como grupo de jóvenes, adultos y miembros del clero. Mons. Romo al observar que cada vez más personas se sumaban en el trayecto expresó: “¡qué alegría! ver las familias que se unen a nuestro caminar, se nos van añadiendo trayendo consigo sus carriolas (cochecitos) con bebés, indudablemente que se trata de una fiesta”.
Dijo además que “cantamos a la vida porque es el mayor don que Dios nos ha hecho, solamente podemos llegar a él porque vivimos, y esperamos la dicha de al final de que al nuestra vida pasemos a gozar eternamente de él; cantamos a la Paz porque deseamos vivir en paz; pues responsabilidad máxima de la autoridad es procurar una situación de paz en la sociedad, solamente en la paz y la justicia se puede tener un auténtico desarrollo humano”.